La conexión a internet, como toda tecnología, sigue avanzando y ya se comenzó a hablar de la nueva generación 6G, la cual promete conexiones mucho más rápidas, casi instantáneas. Alan Davidson, Secretario Adjunto de Comercio para Comunicaciones e Información del gobierno de EE.UU., afirmó que: “el desarrollo de mejores redes móviles han llevado internet a miles de millones de personas en todo el mundo (…). El 6G será el próximo paso en esa evolución y revolución”. Pero, ¿cuáles son las ventajas y cuáles los potenciales riesgos? Te contamos todo lo que se sabe hasta ahora.
Empezamos por las ventajas: uno de los beneficios más claros y significativos sería el aumento considerable en la cobertura de la señal de internet en todo el mundo, debido a que la tecnología 6G podría soportar comunicaciones satelitales a gran velocidad. Actividades diarias menores como descargar archivos serían ejecutadas con mayor rapidez, dado que la transferencia de datos tendría mayor calidad. También veríamos reducidos los tiempos de espera de carga y los cambios no deseados (repentinos y muchas veces molestos) en la calidad de visualización de video por medio de streaming. Ya se habla de varios campos en desarrollo que se verán potenciados por la nueva generación de redes: la realidad extendida (incluyendo comunicaciones holográficas); la inteligencia artificial, automatizada e interconectada; y la eficiencia energética, que se situará en niveles de consumo hiper bajos.
Pero no todo es color de rosas, porque si bien esta nueva generación de redes aún está en etapa temprana de desarrollo, los expertos señalan que puede haber más de un riesgo asociado. Por ejemplo, Davidson destacó la posibilidad de que la tecnología sea empleada por gobierno autoritarios para monitorear a sus ciudadanos sin consentimiento. Al mismo tiempo, se considera que las nuevas redes podrían incrementar la dependencia tecnológica que ya de por sí viene avanzando en nuestras sociedades, generando consecuencias negativas para la salud mental y social de las personas. Por último, si bien la 6G tiene el potencial de transformar el acceso a la internet, también podría acentuar aún más la brecha digital existente.
Por lo pronto la tecnología está en pleno desarrollo y a varios años de poder ser implementada a nivel global, se espera que las primeras redes 6G entren en funcionamiento a partir del año 2030.