Las empresas norteamericanas, Vast y SpaceX se han asociado recientemente para lanzar la primera estación espacial comercial del mundo: Vast Haven-1. Se prevé que esté operativa en agosto de 2025 y sería la primera de su clase en ser enviada al espacio sin pertenecer a una agencia gubernamental.
Según los últimos anuncios referidos al proyecto, la estación será llevada a la órbita terrestre baja por un cohete Falcon 9, después de lo cual se prevé usar la cápsula Crew Dragon para enviar a cuatro tripulantes, que pasarán 30 días en Vast Haven-1 antes de volver a tierra. La estación en sí no es mucho más grande que la cápsula desarrollada por SpaceX para el traslado de tripulación, por lo que se espera que en un futuro se llevan a cabo distintas operaciones de ampliación, mediante las cuales se sumarían nuevos módulos funcionales y habitacionales.
Vast Haven-1 no estaría sola en órbita, por lo menos no en un principio, debido a que la EEI (Estación Espacial Internacional, laboratorio que orbita a 400 kilómetros de la superficie terrestre) aún se encuentra activa, operada por diversas agencias espaciales internacionales tales como la NASA, la ESA y Roscosmos de Rusia. Pero la Estación Espacial Internacional está llegando al final de su vida útil, por ende no llama la atención que, además de los diversos planes gubernamentales para la creación y lanzamiento de estaciones, también surjan iniciativas impulsadas por capitales privados.
En ese contexto, Vast es solo una de las firmas participantes de la nueva carrera espacial y no la única: Blue Origin, Voyager, Lockheed Martin y Nanoracks son algunas de las otras iniciativas en desarrollo, pero ninguna pretende entrar en estado operativo para antes del año 2027. Por su parte, Axiom proyecta un lanzamiento para finales de 2025, por lo que Haven-1 hasta el momento por lo menos, se perfila como la principal contendiente.
Es importante tener en mente que no existen garantías en este proceso, ya que los costos son elevados y los desafíos a afrontar son de la mayor complejidad, por ende los plazos de desarrollo y lanzamiento están abiertos al cambio.