Un grupo de científicos de varias universidades de Estados Unidos, entre las que se hallan Indiana, Florida y Cincinatti, crearon Brainoware, un invento que promete revolucionar el mundo de los organoides, ya que es capaz de reconocer la voz humana a través de un sistema que utiliza Inteligencia Artificial.
Brainoware es un cerebro que los investigadores realizaron parcialmente con tejido humano, en un procedimiento que combinó varias tecnologías. Una de las innovaciones más importantes se halla en que logra trasladar la Inteligencia Artificial hacia el campo de los hardware, alejándose del software, lo cual le permite ser palpable.
En qué consiste Brainoware
Un organoide es por definición una estructura tridimensional que busca imitar a los tejidos y órganos humanos a partir de una creación de científicos en un laboratorio. Para que esto sea posible, se necesitan células madres, ya que pueden convertirse en otros tipos de células. Aquí, las universidades decidieron desarrollar un cerebro.
El avance fue compartido por la revista Nature Electronics en un artículo que contó con la participación de los creadores. Uno de los puntos principales de su trabajo fue salvar la barrera que existe entre el cerebro y las computadoras, principalmente porque las neuronas almacenan la información simultáneamente, mientras que los ordenadores lo realizan en unidades separadas.
En este sentido, Brainoware está conformado por una serie de organoides cerebrales que están conectados a microelectrodos. Estos últimos permiten que exista una estimulación eléctrica que aporta información al tejido cerebral que luego procesa la información. Para estos procesos de entrada y salida se utiliza un hardware.
Qué es capaz de realizar el invento
Para medir si podía entender la voz humana, realizaron múltiples pruebas en las que le emitieron al ordenador 240 clips de audio de ocho hombres distintos. Más tarde, le solicitaron al organoide que reconozca quién habló en cada caso. Tras dos días de entrenamiento, Brainoware logró acertar en un 78% de los casos.
Además, le pidieron que predijera un mapa de Henón, un sistema que refleja un comportamiento caótico. Le dieron cuatro días de aprendizaje sin supervisión. Los resultados fueron excelentes ya que la tarea fue completada con mayor precisión que una red neuronal artificial no equipada con una unidad de memoria a corto plazo.
Sobre lo ocurrido, los investigadores explicaron en el artículo que “los organoides tienen una alta plasticidad y adaptabilidad. Por tanto, Brainoware puede cambiar y reorganizarse en función de la estimulación eléctrica recibida”.
Finalmente, Lena Smirnova, revisora del trabajo, explicó: “Puede que queden décadas hasta que podamos crear sistemas bioinformáticos completos, pero es probable que esta investigación genere conocimientos fundacionales sobre los mecanismos del aprendizaje, el desarrollo neuronal y las implicaciones cognitivas de las enfermedades neurodegenerativa”.