Decodificador semántico: verbalizando el pensamiento humano

Primer plano lateral rostro de mujer con proyección de código sobre el rostro.

Científicos de EE.UU. lograron convertir las gráficas de un escáner cerebral en textos complejos, básicamente creando un decodificador que lee los pensamientos y los traduce en construcciones semánticas.

El estudio fue realizado con tres sujetos a los cuales se les solicitó escuchar un podcast del New York Times y una serie de monólogos provenientes de una popular serie local, mientras se les escaneaba el cerebro. Después, con el decodificador semántico, los científicos lograron transformar las gráficas del escáner cerebral no solo en frases completas sino en textos que reproducen con alto grado de fidelidad lo que los sujetos habían oído y lo que habían pensado. 

El diseño de interfaces cerebro-máquina (ICB) viene avanzando desde comienzos del siglo, pero hasta ahora se trató de sistemas invasivos, cuya implementación requería, por ejemplo, abrir el cráneo para colocar una serie de electrodos directamente en el cerebro. El nuevo enfoque que es menos invasivo se basa en la técnica de imagen por resonancia magnética funcional, a modo tal que la interfaz termina en un gorro cubierto por electrodos que se coloca sobre la cabeza. Pero había algunos problemas de resolución y para solventarlos, los científicos decidieron apoyarse en un sistema de inteligencia artificial que ya todos conocemos: GPT, el modelo de lenguaje que usa aprendizaje profundo para generar texto. 

Como parte de la investigación, GPT fue entrenado con las imágenes de fMRI del cerebro de los tres voluntarios y los resultados fueron más que prometedores. Alexander Huth, neurocientífico de la Universidad de Texas, expresó: “Nuestro sistema trabaja en el nivel de las ideas, de la semántica, del significado. Por eso no registra palabras exactas, sino el sentido de las mismas”. Por su parte, Arnau Espinosa, neurotecnólogo de la Fundación Wyss Center (Suiza) que trabaja en el desarrollo de ICB desde hace años, expresó: “los resultados logrados no son aplicables hoy en día a un paciente, se necesita de un equipo de resonancia magnética que vale millones y ocupa una sala entera de hospital, pero lo que han conseguido no lo había logrado nadie antes”. 

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